domingo, 10 de agosto de 2008

Por que has dudado?

Quiero comenzar con un tema de un cantante cristiano mexicano, Jesús Adrián Romero, "Esperar en ti". Creo que expresa la vivencia de fe que yo misma he tenido en varios momentos de mi vida.


A partir del Evangelio de hoy, Domingo XIX del Tiempo Ordinario, Ciclo A, el Evangelio de Mateo 14,22-33), P. Clemente Sobrado escribió un texto para Iglesia que camina, que me permito transcribir aquí:

No resulta nada fácil responder a la pregunta de Jesús a Pedro cuando comenzó a hundirse en las aguas del Lago. Las razones de las dudas pueden ser muchas y no siempre se tiene una explicación clara. ¿Por qué tengo dudas de fe?

Es de sobra conocida la afirmación de L. Boros cuando dice: “La fe genuina sólo puede aparecer como duda superada.” Lo que significa que dudar es muy humano, aún en aquellos que tienen fe. La diferencia está en que para muchos la duda termina en el fracaso de la fe mientras que en otros su fe se manifiesta en la superación de las dudas.

¿Quién, en algún momento de su vida, no ha pasado por la prueba de la duda? Sólo no duda el que cree, porque quien no cree de verdad, no tiene por qué dudar. No se duda de aquello que no se cree.

Muchos se imaginan que están perdiendo la fe porque han comenzado a tener dudas cuando, en realidad, sus dudas pueden manifestar la verdad de su fe. Las dudas pueden nacer de uno mismo o pueden proceder del entorno en el que se vive y de las mismas verdades en que se cree.

La fe no es simplemente un conjunto de verdades que uno tiene en la cabeza. La fe es un estilo de vida y de vivir. Cuando uno comienza a vivir al margen de su fe, es lógico que comience a poner en duda sus propias creencias. Fue lo que le sucedió a Miguel Unamuno cuando decía: “Miguel, o cambias de vida o cambias de fe.” Porque cuando uno no vive su fe, la fe se debilita y uno inconscientemente comienza a justificar su vida y no a fortalecer su fe.

Por otra parte, las dudas también puede proceder del exterior. Pueden provenir incluso de aquellos que a nuestro lado dicen creer y luego se les ve vivir como si no creyesen. Incluso pueden provenir de la misma Iglesia que uno siente que debe ser santa y luego descubre todas sus debilidades. De los mismos pastores que debieran ser un testimonio de fe y terminan siendo un testimonio muy poco creyente. Si a quien me ha enseñado a creer y ha sido la madre de mi fe, luego le descubro que vive valores que no son precisamente de la fe, uno termina por cuestionarse.

Por eso, yo no sé la respuesta de Pedro a Jesús, pero cada uno sí podrá responder de sí mismo, de cuál es la razón de sus crisis de fe. Hasta es posible que nos imaginemos creer pero estemos poniendo nuestra fe en lo que realmente no es la verdadera fe. Por lo demás, tampoco Dios se nos manifiesta tan claro, o incluso pasamos por momentos de oscuridad donde no se ve nada. Por eso me quedo con la afirmación de Boros “la genuina fe sólo puede aparecer como duda superada”.

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