sábado, 21 de junio de 2008

Sobre el canto en la Liturgia en Red Joven

Esta semana hablando con algunos integrantes del Coro, me consultaban algunos criterios básicos sobre el canto litúrgico. Esto trajo a mi memoria una página que encontré hace tres años aproximadamente, en Red Joven, página realizada por la Arquidócesis de Valencia-España.

Tiene un documento sobre los cantos en la liturgia. De ahí, copio algunos que me parecen buenos puntos de partida:

Es importante:

• Cantar y cantar bien. Ello ayuda a crear un clima de oración y alabanza en nuestras celebraciones.
• Saber dosificar el canto adaptándose a las posibilidades reales de cada asamblea.
En los cantos hay que mirar...
• El contenido: Que lo que se diga en el canto esté de acuerdo a la doctrina de nuestra fe y a la Liturgia, y además, que esté bien dicho. Las letras de los cantos tienen un gran peso en la formación del estilo cristiano de cada persona y de cada asamblea.
• La música: Que tenga calidad, que resulte agradable cantarla, y que la asamblea sea capaz de cantarla bien.
• El clima que crean: Hay momentos que exigen un canto más reposado, en otros más alegre.
Para lograr una buena celebración...
• El coro no está en la celebración como “coro” que actúa dando un concierto, sino como miembros de la asamblea que viven la celebración.

Evitarán, por tanto:

• Estar en la celebración preparando partituras, pasándose mensajes, afinando instrumentos [yo indicaría también que no es la homilía el momento de pasar mensajes por celular, ni de coordinar los cantos: para algo están los ensayos].
• Cantar solos, sin la participación del resto de la asamblea. La misión del coro es animar la asamblea. Por tanto, será preferible que una asamblea cante cosas sencillas, a que un coro se luzca, pero sin la participación de toda la asamblea. Los conciertos, después de las celebraciones.

Hay que recordar:

• Los cantos que forman parte del texto del Ordinario de la Misa: Gloria, Credo, Santo, Padre Nuestro, Cordero de Dios, no se pueden sustituir por otros cantos. En las versiones nuevas, la letra deber ajustarse al máximo al texto original [ojo, en los niños hay unas orientaciones en el Directorio de la Misa con la participación de los niños].
• El Salmo Responsorial es Palabra de Dios y, por consiguiente, no puede sustituirse por cualquier canto. En cualquier caso, al menos habría que cantar la antífona y que un salmista fuera recitando el salmo.
• Además del Salmo Responsorial y del Santo, hay otros cantos que tienen un especial valor: canto de entrada, aleluya, aclamación de la consagración, Cordero de Dios, comunión.
• Que el canto en la Misa debe estar muy ligado al tiempo concreto: tiempo litúrgico, confirmación... No se debe escoger el canto simplemente porque sea “bonito”.
• El canto no se puede concebir como una especie de “ilustración musical”, sino que forma parte de la misma celebración.
• Al plantearse en qué momentos hay que cantar hay que ver los momentos que más necesitan ser acompañados de cantos, y no al revés.
• No hay que andar con la obsesión de introducir constantemente cantos nuevos. Un canto bueno puede durar siglos, y renovar continuamente el repertorio es impedir que gran parte de la asamblea pueda aprenderlos.

No a...

• Las celebraciones standard. No hay que cantar todo el año los mismos cantos: hay que distinguir los tiempos litúrgicos, los días de especial solemnidad... Hay que adaptar los cantos a la realidad y posibilidades de cada asamblea.
• Las celebraciones standard: los cantos no tienen por qué cantarse necesariamente íntegros. Habrá que hacerlos durar el tiempo justo. Y en un canto muy largo tampoco es necesario cantar siempre las primeras estrofas.

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