Esta semana hablando con algunos integrantes del Coro, me consultaban algunos criterios básicos sobre el canto litúrgico. Esto trajo a mi memoria una página que encontré hace tres años aproximadamente, en Red Joven, página realizada por la Arquidócesis de Valencia-España.
Tiene un documento sobre los cantos en la liturgia. De ahí, copio algunos que me parecen buenos puntos de partida:
Es importante:
• Cantar y cantar bien. Ello ayuda a crear un clima de oración y alabanza en nuestras celebraciones.
• Saber dosificar el canto adaptándose a las posibilidades reales de cada asamblea.
En los cantos hay que mirar...
• El contenido: Que lo que se diga en el canto esté de acuerdo a la doctrina de nuestra fe y a la Liturgia, y además, que esté bien dicho. Las letras de los cantos tienen un gran peso en la formación del estilo cristiano de cada persona y de cada asamblea.
• La música: Que tenga calidad, que resulte agradable cantarla, y que la asamblea sea capaz de cantarla bien.
• El clima que crean: Hay momentos que exigen un canto más reposado, en otros más alegre.
Para lograr una buena celebración...
• El coro no está en la celebración como “coro” que actúa dando un concierto, sino como miembros de la asamblea que viven la celebración.
Evitarán, por tanto:
• Estar en la celebración preparando partituras, pasándose mensajes, afinando instrumentos [yo indicaría también que no es la homilía el momento de pasar mensajes por celular, ni de coordinar los cantos: para algo están los ensayos].
• Cantar solos, sin la participación del resto de la asamblea. La misión del coro es animar la asamblea. Por tanto, será preferible que una asamblea cante cosas sencillas, a que un coro se luzca, pero sin la participación de toda la asamblea. Los conciertos, después de las celebraciones.
Hay que recordar:
• Los cantos que forman parte del texto del Ordinario de la Misa: Gloria, Credo, Santo, Padre Nuestro, Cordero de Dios, no se pueden sustituir por otros cantos. En las versiones nuevas, la letra deber ajustarse al máximo al texto original [ojo, en los niños hay unas orientaciones en el Directorio de la Misa con la participación de los niños].
• El Salmo Responsorial es Palabra de Dios y, por consiguiente, no puede sustituirse por cualquier canto. En cualquier caso, al menos habría que cantar la antífona y que un salmista fuera recitando el salmo.
• Además del Salmo Responsorial y del Santo, hay otros cantos que tienen un especial valor: canto de entrada, aleluya, aclamación de la consagración, Cordero de Dios, comunión.
• Que el canto en la Misa debe estar muy ligado al tiempo concreto: tiempo litúrgico, confirmación... No se debe escoger el canto simplemente porque sea “bonito”.
• El canto no se puede concebir como una especie de “ilustración musical”, sino que forma parte de la misma celebración.
• Al plantearse en qué momentos hay que cantar hay que ver los momentos que más necesitan ser acompañados de cantos, y no al revés.
• No hay que andar con la obsesión de introducir constantemente cantos nuevos. Un canto bueno puede durar siglos, y renovar continuamente el repertorio es impedir que gran parte de la asamblea pueda aprenderlos.
No a...
• Las celebraciones standard. No hay que cantar todo el año los mismos cantos: hay que distinguir los tiempos litúrgicos, los días de especial solemnidad... Hay que adaptar los cantos a la realidad y posibilidades de cada asamblea.
• Las celebraciones standard: los cantos no tienen por qué cantarse necesariamente íntegros. Habrá que hacerlos durar el tiempo justo. Y en un canto muy largo tampoco es necesario cantar siempre las primeras estrofas.
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