sábado, 18 de octubre de 2008

Mil vidas para la misión

El título de este post refiere a una de las frases del apóstol de Africa, San Daniel Comboni, que incluye en una carta que nos envío a varios amigos el P. Pedro Indacochea, amigo y misionero comboniano de quien les conté antes.

Comparto con Uds. la carta para conocer los últimos acontecimientos que le ha tocado vivir en República Centroafricana, y creo que nos motivará para la jornada del Domingo Mundial de las Misiones - DOMUND, que viviremos mañana

Buena jornada misionera 2008
Bon jour missionnaire 2008

P. Pedro

Bangassou, Octubre 2008

“Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; no me las arrebatará nadie de mis manos” Jn 10, 28

Saludos mis amigos,

Recuerdo con alegría las palabras de nuestro querido papa Juan Pablo II: “La misión renueva la Iglesia”, pues Octubre mes de las misiones donde se conscientiza utilizando todos los medios, se hacen sacrificios, se crean puentes de solidaridad con las Iglesias más lejanas y olvidadas, se ora por las vocaciones y de manera particular por los misioneros y las misiones.

Pues me viene un sentimiento de gratitud y a la vez de compromiso, porque todo lo que somos y tenemos se lo debemos a la Iglesia, por ella somos hijos de un mismo Padre “Abba - Papito”, Gál 4, 6 bautizados en el mismo Espíritu Misionero del Padre. Y si Dios nos Bendice en abundancias cada día, nosotros no podemos quedarnos contemplando nuestro pequeño mundo como los apóstoles ¡Maestro qué bien se esta aquí! (Mc 9, 5) es justo renovar nuestro compromiso misionero qué por el Bautismo todos somos misioneros y, si no somos misioneros no somos cristianos, es por eso que San Pablo decía “hay de mí si no evangelizo…es mi obligación hacerlo…” (1Cor 9, 16). Pues les diré que es una injusticia saber que existen pueblos enteros sin conocer esta buena noticia de alegría y esperanza.

El profeta del Africa Central San Daniel Comboni decía a su querida madre “Si tuviera mil vidas todas las ofrecería muy gozoso por la causa de las misiones”, es decir, que su única pasión era la Misión, y en una de sus cartas cuenta a sus amigos las injusticia del medio:

“Varias veces al mes salen de Jartum y de El-Obeid grupos de chilabas armados de fusiles, que van a las tribus limítrofes e incluso a otras más lejanas, y arrebatan violentamente del seno de pacíficas familias de negros a los chicos y chicas y a las jóvenes madres, matando casi siempre a los padres y a los que se defienden.
Después de reunir un botín de mil, dos mil, cinco mil personas, vuelven a estas ciudades, de las que luego salen para vender los esclavos en Nubia, en los puertos del mar Rojo y en Egipto. Estas infelices criaturas hacen tan largo viaje a pie, empujadas por las lanzas de los bandidos. Por otra parte, como en una montaña del territorio de Darfur, donde hay una población de mil cuatrocientos negros, hace tres meses se rechazó el asalto de los chilabas que habían ido a llevarse a los chicos y chicas, la semana pasada salieron de El-Obeid dos mil hombres armados de fusiles para vengar la derrota sufrida en esa montaña, y matar a todos los jefes de aquellas gentes.
En mi viaje de nueve días desde Tura-el-Khadra hasta El-Obeid vi más de mil de estos infelices divididos en diversas caravanas. Iban varones y hembras todos desnudos, promiscuamente mezclados en grupos de ocho o diez, atados por el cuello a una viga para que no escapasen; otros eran arrastrados con cuerdas, con los brazos atados a la espalda; otros tenían cadenas en los pies; otros arrastraban la scheva, una viga terminada en triángulo, adonde va sujeto el cuello del esclavo. Las jóvenes madres de catorce o quince años iban atadas de dos en dos, y sólo los niños y niñas de unos cuatro a siete años no estaban atados. Todos iban desnudos, caminando a pie, empujados bárbaramente por las lanzas. Encontré bastantes cadáveres de esclavos que, incapaces de soportar la fatiga, habían caído muertos por el camino”.

Es por eso que San Daniel Comboni es conocido profeta, padre y protector del pueblo Africano. Les comparto que esta realidad se repite hoy por hoy, en nuestra diócesis de Bangassou que hace fronteras con el Sudán por el Este y con el Congo Democrático por el Sur, no podemos olvidar que los rebeldes para principio de este año secuestraron más de 80 jóvenes entre hombres y mujeres que hasta el momento desconocemos si estos jóvenes seguirán con vida. ¿Es que los padres volverán a ver a sus hijos?

Otro ejemplo es el tráfico de menores de edad, niñas de 9 a 13 años que son obligadas a trabajar en las minas de diamantes, oro y coltán, este último mineral utilizado en la fabricación de aparatos magnéticos: satélites, chip electrónicos y toda la línea de telefonía móvil. Todas estas personas pasan a ser víctimas de la prostitución y del sida. Esto es conocido en el territorio de Lupata ciudad de Lwamwelw y Cabinda pertenecientes al Congo Democrático, territorio fronterizo con RCA.



Pues, no hay misión sin riesgo, nosotros los
cristianos hemos sido amenazados, pero no podemos callarnos antes estas injusticias, nosotros somos Iglesia y es la única voz que existe en esta zona del Africa. Es por eso que no se puede olvidar a los misioneros y las misiones, nuestra vida esta en manos del Padre de quien hemos recibido el mandato de “Id, y haced discípulos míos…” (Mt 28, 19). Pues nosotros lo hemos dejado todo. San Daniel Comboni decía “por el Africa… alma, cuerpo y vida yo entregué”.

Att.
P. Pedro
República Centroafricana

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